lunes, 1 de noviembre de 2010





La fugacidad se hace presente una vez más.
Nuestro reconocimiento al cuerpo político que se retira y se reparte, en esta atmósfera teológica pueden cicatrizar las lenguas más castigadas. En la posible paradoja de algo que se interrumpe y se aumenta estamos.

En esta interrupción se vuelve a vivir la posibilidad de una nueva sintáxis, ese trabajo vale la pena.

Nuestra micropolítica es sencilla: no ser cobardes en el amor.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo fugaz se explica por la intensidad de la huida: virtudes de la espontaneidad
Lo macro es una espejo de lo micro- coincidencias dadas por la mezcla de lucidez y azar. Mundo posible.
Una interrupción en la que se juega lo composible y lo incomposible. Sí, vale la pena. Finalmente, se juega la originalidad en su acepción de origen.
Ok. Seamos valientes

Unknown dijo...

En el río dos veces
Se encuentran la mar y los peces
(remar es un arte que tiene su suerte)

Una buena patefacción tenemos anónimo.

Anónimo dijo...

Sí, pero Heráclito nos advierte que
"No es posible descender dos veces el mismo río." Pero no por la negación del hecho sino por la condición del ser y su imposibilidad de repetirse.
En la mar nos sumergimos y que tira, tira, y la suerte, uff!

Unknown dijo...

vaya paseo por las entrañas del tiburón amarillo.

Fundemos el club social y deportivo repetición y diferencia, de solo imaginar los deportes y disciplinas que en él se practicaran me agarra una risa que mueve el bote.

Anónimo dijo...

no te rías tanto que el bote se mueve en serio y la patefacción no es broma

Unknown dijo...

y, estoy tentado.